Seafood Watch
Un cliente de EEUU me comunicó la mala noticia de que ya no puede comprar más concha de abanico de Sechura debido a la pésima clasificación brindada por la ONG Seafood Watch. El cultivo de fondo ha recibido de esa ONG estadounidense una alerta roja, los cual significa que aconsejan a los consumidores en EE.UU. no comprarla pues es un recurso sobrepescado o capturado de tal manera que perjudica la vida marina o el ambiente.
Seafood Watch tiene la siguiente misión:
El programa Seafood Watch del Monterey Bay Aquarium ofrece recomendaciones basadas en datos científicos que ayudan a los consumidores y empresas a tomar decisiones responsables a fin de mantener los océanos sanos y llenos de vida.
Seafood Watch tiene en su página web una clasificación con 19 distintos sistemas de extracción de concha de abanico a nivel mundial. El último puesto según este ranking – es decir: el peor alumno del salón – es el cultivo de fondo en la Bahía de Sechura. La ONG llegó a esa conclusión por una investigación que encargaron al Dr. Matthew Cieri, investigador de nacionalidad estadounidense, quien trabaja para una entidad gubernamental de recursos marinos del Estado de Maine, ubicada al lado de la principal zona de pesca silvestre de concha de abanico de Estados Unidos. El informe fue revisado por el Dr. Matthias Wolf, investigador alemán. Ningún especialista peruano es mencionado como revisor científico del reporte.
Cuando los chilenos se aproprian de la denominación del Pisco Peruano, las calles limeñas se enojan, surge la indignación. Cuando un informe de Seafood Watch afecta a miles de familias norteñas que viven directamente o indirectamente de la maricultura en la Bahía de Sechura, ninguna persona se pronuncia al respecto. Las autoridades peruanas tampoco alzan la voz. Sin embargo, cuando se trata de sancionar, ahí si actúan las instituciones estatales para demostrar su efectividad, pero cuando una importante ONG da una clasificación injusta a la Bahía de Sechura, solamente escuchamos el silencio administrativo.
La sede central de Seafood Watch está ubicada en California. El Perú tiene una oficina comercial en Los Ángeles, por suerte ubicada en el mismo Estado donde se encuentra Seafood Watch. ¿Alguien se preocupó por defender la maricultura de Sechura y explicar a Seafood Watch que el informe del Dr. Matthew Cieri es una horripilante aberración?
El Dr. Cieri utilizó exclusivamente artículos escritos para sustentar su investigación. No existen indicios de que haya visitado la Bahía de Sechura para investigar, como debe ser, in situ. Aún más preocupante es que el informe tiene como fecha de publicación 14 de marzo 2016 y la mayoría de las fuentes citadas corresponden al año 2008 o antes. Desde 2008 hasta la fecha mucho ha cambiado en la Bahía de Sechura. En pocas palabras, el informe fue preparado en base a artículos muy antiguos y por ende el contenido de algunos de ellos es obsoleto.
La concha de abanico en Sechura proviene de acuicultura y se cosecha
La concha de abanico de Sechura proviene de acuicultura. Las normas que rigen dicha actividad son las normas de acuicultura, no las normas de pesca silvestre. Entonces, se trata de un sistema de cultivo, no de pesca silvestre. Lógicamente la expresión correcta es que los buzos cosechan a mano la concha de abanico, y no que la pescan. Es importante resaltar esta diferencia claramente y recordar que en el Perú los buzos cosechan la concha de abanico.
Según la exposición del Dr. Matthew Cieri, la extracción de concha de abanico en Sechura es un sistema de pesca y los buzos pescan la concha. Es un grave error, una mala interpretación pues los criterios para evaluar si la extracción de concha de abanico en Sechura es sostenible o no empiezan con determinar correctamente si proviene de acuicultura o pesca silvestre. Desde el punto de vista de la sostenibilidad, los dos sistemas tienen criterios distintos. El error capital que cometió el Dr. Cieri es interpretar la acuicultura de la concha de abanico en Sechura como un sistema de pesca silvestre y consecuentemente aplicó criterios incompatibles. Efectivamente, el Dr. Cieri utiliza en su informe la palabra en inglés fishery, lo que significa pesca. La palabra farmed en inglés significa cultivo y no aparece en el informe.
La maricultura en Sechura intenta sostenerse con líneas de captación de larvas en el océano. Es una técnica complicada y aleatoria, parecida a un tragamonedas. Los maricultores instalan líneas de captación en el mar y no siempre logran captar las larvas que se convierten en las semillas de concha chica. También, existen laboratorios en tierra que desarrollan las larvas de la concha de abanico, pero definitivamente no existen suficientes instalaciones. Cuestan mucho dinero y necesitan un equipo de científicos de alto nivel. Esa tecnificación falta en Sechura. En vista de que los maricultores cultivan sus conchas en la Bahía de Sechura, se da un efecto de auto-repoblación, nuevas conchas nacen en las mismas áreas de cultivos. Hay entonces un reclutamiento natural posible gracias a las condiciones naturales de la Bahiá. Desde los inicios de la actividad acuícola, los maricultores repoblaban una parte de sus áreas con semilla de los bancos naturales. No podemos negar que el traslado de la semilla silvestre de los bancos naturales a las zonas de cultivo de fondo es una extracción silvestre. En este sentido, nuestras autoridades deben vigilar que los inventarios en los bancos naturales no sean sobreexplotados. No obstante, sabemos que la importancia de los bancos naturales para el cultivo de la concha de abanico en Sechura es muy limitada. La Bahía de Sechura esta repoblada principalmente por líneas de captación y por el efecto de la auto-repoblación al interior de la Bahía misma.
El problemático reporte de Seafood Watch
Los problemas principales según la investigación del Dr. Cieri son las siguientes:
Falta de gestión : segun el reporte la pesca (sic) de concha de abanico es un sistema abierto, cualquiera puede empezar a pescar cuando quiere. Sabemos que esa crítica es totalmente falsa. La Bahía de Sechura está dividida en concesiones de cultivo. Nadie puede entrar en un área que esta concesionado a una sociedad de maricultores.
Falta de ejecución de las normas : me gustaría mencionar un caso que he vivido personalmente para demostrar que la ejecución por parte de las autoridades funciona, contrariamente a lo que pretende el Dr. Cieri. Varios años atrás concreté un pedido de concha pequeña. La fábrica en Paita intentó cumplir con el pedido, pero fue imposible pues el tamaño pactado con el cliente en Francia implicaba que los maricultores tendrían que cosechar concha muy chica, por debajo del límite legal de mínimo 65mm de diámetro. El dueño de la fábrica me comentó que era imposible cumplir con el pedido porque procesar concha con una valva menor a 65mm es ilegal y conlleva a sanciones muy graves. Tuve que anular el pedido y explicar al cliente que la normativa era muy clara y la ejecución por parte de Sanipes muy estricta. Los maricultores tampoco pueden hacer en sus áreas lo que les plazca. Con la ayuda de la Capitanía, el Ministerio de Producción impone sanciones que pueden conducir incluso al retiro de la concesión de cultivo.
Otra crítica errada es que los pescadores (sic) de la concha de abanico sobrepescan (sic) la biomasa y no dejan sobrevivir conchas adultas para asegurar la continuidad. Cabe resaltar claramente la consecuencia de interpretar incorrectamente la actividad de acuicultura en Sechura como pesca silvestre. La antigua ley de acuicultura imponía al maricultor dejar mínimo 10% de concha en su cultivo, es decir: permitía sacar hasta el 90% de toda la concha disponible de más de 65mm. Actualmente, la nueva normativa no impone un límite de cosecha como máximo del 90% de la biomasa disponible en el cultivo. Además, el Dr. Cieri no tomó en cuenta que la temperatura del agua en la Bahía de Sechura sube rápidamente en el verano y también se producen mareas rojas que pueden matar toda la concha en pocos días. Cuando existe un elevado riesgo de mortalidad, el maricultor tiene que proteger su inversión y cosechar rápidamente la biomasa disponible en su área de cultivo. Seafood Watch no toma en cuenta el tremendo riesgo que corren los maricultores: para evitar pérdidas económicas, los maricultores tienen que cosechar rápidamente toda la concha de su cultivo. Este fenómeno de cosechar intensamente explica porque en Sechura desaparece la concha. Se cosecha cuando se puede y cuando es rentable pues las condiciones oceánicas generan mucha mortandad.
Lo que Sechura hace bien según el informe, en la realidad es mucho mejor
En general, el informe del Dr. Cieri es muy positivo sobre la Bahía de Sechura. Solamente presenta una crítica negativa y es acerca de la gestión, pero como sabemos argumenta mal este asunto en el informe. Además, la gestión es el único asunto negativo… tan negativo que según el Dr. Cieri todos los puntos positivos de Sechura no tienen suficiente peso para otorgar una buena nota global a Sechura. No puede ser que la mayor parte del informe sea muy positivo sobre Sechura y solamente por un asunto negativo todo está mal. En mi opinión, la conclusión carece de equilibrio, la conclusión «roja» sobre la Bahía esta desbalanceada en vista de que el mismo informe contiene muchos argumentos en favor de la Bahía de Sechura.
El reporte acumula muchos argumentos sin fundamentos. Según el Dr. Cieri casi no existen normativas acerca de la maricultura. Lo que Matthew Cieri no sabe es que estamos a punto de colapsar gracias a la sobrecarga de leyes, normas, directivas, resoluciones, circulares y tantas instituciones como PRODUCE, SANIPES, Capitanía, ANA, IMARPE, etc.
Finalmente, no tiene sentido una crítica en el reporte de que los maricultores no están involucrados en la gestión de su propia actividad. Se da el fenómeno de inclusión social que es muy fuerte en el sector de pesca. Se cuenta con mesas de diálogo entre las diversas administraciones y los maricultores. Seguramente que la participación no es perfecta, pero nadie puede decir que los maricultores no estén involucrados.
Conclusión
El informe de Seafood Watch expolia la credibilidad de la maricultura sechurana. El problema de fondo es que el investigador encargado por Seafood Watch se basó en artículos antiguos y entendió incorrectamente que los buzos en Sechura pescan la concha, que se trata de una extracción pesquera, cuando la realidad es otra. Malinterpretar la acuicultura como extracción pesquera genera conclusiones equivocadas. Es un informe con argumentos inválidos y lo grave es que tiene peso en EE.UU. La concha de la Bahía de Sechura merece recibir las mismas muestras de orgullo que damos al Pisco y a la quinua. Debemos que proteger y cuidar la imagen de la Bahía de Sechura. Los gremios y las autoridades no pueden buscar coartadas. La inercia permite que aflore la desinformación y cuando finalmente nos despertemos, se tendrá que recurrir a tremendas maromas para corregir las ideas descabelladas sobre la Bahía de Sechura. Mejor es reaccionar de forma constructiva a tiempo para evitar el encono y la derrota.